"El patrimonio es la relación entre bienes y personas. Esos bienes pueden tener componentes materiales e inmateriales, incluso la mezcla de ambos. Por eso cuando los bienes son personas, el patrimonio es la relación entre personas y personas, la relación más inmaterial y espiritual que existe." (Fontal, 2013: 18)
El día que cumplí 18 años, además de otros regalos, mi madre tenía para
mí uno muy especial. Al abrir el envoltorio me sorprendió que fuese una especie
de agenda con mi nombre grabado en la portada, usada, roída por los bordes, con
papeles dentro. Al abrirla, leí esta dedicatoria:
Querida hija, espero que cuando leas este diario seas capaz de
comprender todo lo que quiero que exprese y que no sé si lo conseguiré. Por si
acaso, te lo digo antes de nada: te quiero, más que a nada, más que a nadie,
eres mi niña del alma y siempre estarás en mi corazón.
Tu madre
Mi madre, al nacer yo, empezó a escribir un diario
para mí, sabiendo que me lo daría en algún momento de mi vida, sin saber cuándo
iba a hacerlo. En él escribía cómo iba creciendo, mis primeras palabras, mis
primeros pasos... Contaba mis visitas a los abuelos, los juegos con mi padre y
mis familiares y amigos, las consultas con el pediatra, ... Guardaba dentro,
por ejemplo, un dibujo en un trozo de papel: una línea y un círculo mal
dibujado, y escrito con su letra tu
primer dibujo, dijiste “mia! un bobo!”, querías decir un globo y la fecha
(yo tenía 22 meses).
Pero además, ella escribía sus sentimientos hacia mí.
No pude leerlo entero ese día, sólo leí alguna página... y me sentía
muy emocionada. Como cada vez que continuaba con su lectura. En la última
página estaba escrito:
... ha llegado el momento de dártelo, vas a cumplir 18 años pasado
mañana. Cuando lo leas, espero haber cumplido lo que puse en la dedicatoria
....
Siempre serás mi gran tesoro, mi gran triunfo.
Mamá.
Ese diario es mi patrimonio, recoge todo el amor de
mi madre. Cuando ella se vaya... todo su
amor seguirá conmigo. ¿Puede haber mejor tesoro?
Al realizar esta actividad me sentí muy emocionada, se me volvían a caer las lágrimas.
Cuando se me planteo el realizar esta práctica enseguida pensé en ello, a pesar de que nunca había reflexionado en el concepto de "mi patrimonio". Recordé la primera página del diario, la dedicatoria que mi madre escribió hace casi 20 años, sin saber aún lo que iría escribiendo en las páginas siguientes. Contiene tantas cosas...La emoción que sintió cuando yo le di mi primer beso sin que ella me lo pidiera, mi primer "garabato con nombre"...
Esto es una actividad realmente bonita para llevar al aula de primaria porque le hará reflexionar sobre la importancia de que no es lo material lo que más puede satisfacernos.
Referencias:
Fontal, O. (2013) Estirando hasta dar la vuelta al concepto de patrimonio. En O. Fontal (Coord.) La educación patrimonial. Del patrimonio a las personas (p. 9-22). Gijón: Trea.
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